Emmanuel Carrére
Es inevitable abstraerse de quien haya leído "A sangre fría" de esta obra de E. Carrére, Ambos escritores, Capote en su tiempo y ahora Carrére nos muestran lo mas bajo que puede caer un ser humano. En una primera aproximación, sobre todo en este libro, la figura que se nos va revelando es la de un MONSTRUO, en mi caso particular si bien han pasado dos semanas de haber finalizado su lectura mi opinión no ha variado, J. C.Romand en mi humilde visión de hombre es alguien que debe trabajar hasta su muerte en acciones humanitarias en pos de los mas necesitados, aun así creo que nunca sera redimido de la atrocidad de sus actos. El trabajo de E. Carrére va de mas a mayor, no puede dejar de leerse ya que es mucho mas que la descripción de un hecho real. Es una pieza muy trabajada y pulida, en la cual el autor trata de tomar distancia y a su vez se nota que le cuesta hacerlo ya que conoce la cara FINAL de este personaje. Es como conocer al león domesticado en un circo y dejar de lado que se comió cinco personas. Lo que nos interesa en este espacio es lo literario y es un libro sumamente recomendable, excesivamente FUERTE, REAL y DESGARRADOR, aun así creo que vale la pena leerlo, ya que la investigación que hace Carrére es exhaustiva, es lo mas objetiva posible y su enunciación esta sustentada en tratar de narrar absolutamente todo el material que pudo recoger, creo que no se quedo con ninguna carta en la manga. Creo en la MISERICORDIA del hombre, digo: del hombre, soy terriblemente imperfecto.
Me quedo con este informe a modo de síntesis:
-Un informe psiquiátrico dice: la novela narcisista continúa en la cárcel, lo que permite a su protagonista evitar una vez más la depresión masiva con la que ha jugado al escondite durante toda su vida. Al mismo tiempo, tiene conciencia de que todo esfuerzo de comprensión por su parte se interpreta como una recuperación complaciente,y que los dados están trucados . "Le será para siempre imposible", concluye el informe, "ser percibido como auténtico, y él mismo tiene miedo de no saber nunca si lo es. Antes creíamos todo lo que decía , ahora ya no le creemos nada y él mismo no sabe qué creer, porque no tiene acceso a su propia verdad, sino que la reconstruye con la ayuda de las interpretaciones que le ofrecen los psiquiatras, el juez, los medios de comunicación. (pag. 143)-
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