viernes, 15 de julio de 2011

Oda a la gaviota




A la gaviota


sobre


los pinares


de la costa,


en el viento


la sílaba


silbante de mi oda.


Navega,


barca lúcida,


bandera de dos alas,


en mi verso,


cuerpo de plata,


sube tu insignia atravesada


en la camisa del firmamento frío,


oh voladora,


suave


sereneata del vuelo,


flecha de nieve, nave


tranquila en la tormenta transparente


elevas tu equilibrio


mientras


el ronco viento barre


las praderas del cielo.


Después del largo viaje,


tú, magnolia emplumada,


triángulo sostenido


por el aire en la altura,


con lentitud regresasa


tu forma


cerrando


tu plateada vestidura,


ovalando tu nítido tesoro,


volviendo a ser


botón blanco del vuelo,


germen


Redondo,


huevo de la hermosura.


(...)




Pablo Nweuda




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